El subsecretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos en el Vaticano, el sacerdote alemán Markus Graulich, explicó los principales aspectos de la reforma penal ordenada por el Papa Francisco y que entrará en vigor el próximo 8 de diciembre de 2021, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
En entrevista concedida a CNA Deutsch, agencia en alemán del Grupo ACI, Mons. Graulich explicó que no es una coincidencia que la reforma haya sido dada a conocer luego de la fiesta de Pentecostés, ya que el primer Código de Derecho Canónico o Codex Iuris Canonici (CIC) de 1917 también se promulgó en esta fiesta cuando la Iglesia celebra la venida del Espíritu Santo.
El sacerdote salesiano explicó además que "la renovación de la ley penal eclesiástica era necesaria porque la anterior ley penal del CIC era poco –digamos– 'amigable para el usuario'".
"En muchos lugares las sanciones solo se mencionaban como una posibilidad y en todo el texto se daba la impresión de que era casi despiadado aplicarlas. Hay que recordar que la ley penal se renovó en un momento en que la ley en la Iglesia, especialmente la ley penal, era esencialmente cuestionada. Hoy, también por la investigación del abuso de menores, el ambiente es diferente".
La reforma, explicó el sacerdote, apunta al triple objetivo que tienen las sanciones en la Iglesia: "la restauración de la justicia, la corrección del perpetrador y la eliminación del escándalo. Que esta reforma se pueda implementar en la práctica depende no solo de este instrumento, sino de quienes tienen que utilizarla".
Al ser consultado sobre si la reforma penal apunta a aclarar la grave crisis en Alemania donde recientemente sacerdotes bendijeron parejas homosexuales, se les dio la Eucaristía a protestantes y algunos presionan para ordenar sacerdotisas, el subsecretario del Pontificio Consejo respondió: "por supuesto. El derecho canónico es muy claro en estos asuntos; de lo contrario no sería ley".