VATICANO,
El movimiento provida italiana convocó este 22 de mayo a numerosas personas que afirmaron "el valor universal del derecho a la vida".
Se trató de la décima edición de la "Marcha por la Vida" en Roma que, debido a las actuales medidas cautelares provocadas por el COVID-19, no se pudo realizar caminando, sino que los participantes se reunieron en el foro imperial de Roma durante dos horas aproximadamente.
Según indicaron los organizadores, esta iniciativa buscaba ser "una marcha y no una procesión religiosa y, como tal, también está abierta a los no creyentes pro-vida y a todos los grupos que pueden participar con sus símbolos, excluyendo los políticos".
La moderadora del evento fue la presidente de la Marcha por la Vida de Italia, Virginia Coda Nunziante, quien dio la palabra a diferentes personas, entre ellos al diplomático Eduard Habsburg-Lothringen, quien es Embajador de Hungría ante la Santa Sede y la Orden Soberana de Malta desde 2015.
Además, hubo un video mensaje del Obispo de Ventimiglia San Remo, Mons. Antonio Suetta, quien destacó "la alegría y la fiesta por la vida" y testimonió "el compromiso de la Iglesia, de los creyentes y de muchas personas de buena consciencia en favor, en servicio y tutela de la vida humana desde su inicio hasta su fin natural, en toda la variedad de sus expresiones, especialmente los más marcados por la fragilidad, el sufrimiento y la fatiga".
Luego, Virginia Coda Nunziante, destacó que "la batalla contra la cultura del aborto debe librarse en nombre de la defensa de un orden moral de valores, es decir, de esa ley natural y moral que tiene en Dios su causa y su fin último".