El Opus Dei en Argentina manifestó su disposición a "atender" y "responder por lo que corresponde en justicia" a las mujeres que denunciaron públicamente supuestos abusos laborales y psicológicos durante dos décadas.
El diario La Nación publicó el 18 de mayo un reportaje que relata el testimonio de siete mujeres, de un grupo de 43, que dijeron haber sufrido abuso laboral y psicológico mientras realizaron labores domésticas para la prelatura del Opus Dei entre los años 1980 y principios del 2000.
El reportaje indica que se trata de "numerarias auxiliares" de procedencia humilde que ingresaron cuando eran adolescentes "con la promesa de continuar su educación". Sin embargo, según su testimonio, "su escolarización fue parcial, o nula, y luego trabajaron como empleadas de limpieza, cocina y servicio para los miembros de la Obra y sus invitados en los centros" del Opus Dei, donde se les proveía residencia, comida y "algunas salidas de esparcimiento".
En el mismo reportaje, la directora de la rama femenina del Opus Dei en Buenos Aires, Catalina Donnelly, explicó que según sus registros siempre retribuyeron económicamente el trabajo a las numerarias auxiliares, pero pudo darse lo que se llama "informalidad" en la remuneración" ya que en la residencia donde vivían se hacía una caja común para enfrentar los gastos.
Hoy "es inentendible y está muy mal hecho, pero en ese momento se hizo como se hacía en las familias", dijo Donnelly.
El abogado Sebastián Sal asumió la representación de las 43 mujeres y habría notificado la situación al Opus Dei en septiembre de 2020.