El Papa Francisco envió una carta al padre y la abuela paterna del pequeño de 4 años, Henry Borel, para expresar su solidaridad por la muerte del niño y exhortar a no dejarse contaminar por el odio.
La carta con fecha 24 de abril fue una respuesta a un mensaje enviado por un amigo de la familia de Leniel Borel de Almeida, el padre del pequeño Henry, donde informaba al Pontífice sobre la muerte del niño.
Henry murió a los 4 años el 8 de marzo en Río de Janeiro (Brasil). En declaraciones a la policía, su madre, Monique Medeiros, y su padrastro, el concejal Jairo Souza Santos Júnior, señalaron que encontraron al niño tirado en el piso del dormitorio.
Sin embargo, la autopsia reveló varias lesiones en el cuerpo y hemorragia en el hígado, incompatibles con una caída de la cama. Monique y Jairinho fueron denunciados por homicidio doblemente calificado, por la imposibilidad de la víctima de defenderse, y tortura.
En su carta, el Papa Francisco lamentó la "locura humana que llevó a la masacre del pequeño Henry Borel" y aseguró su "solidaridad con el padre Leniel Borel y la abuela Noeme Camargo, confiándolos a la protección de la Virgen María" frente a esta "dramática situación".