"¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando!", clamaron los obispos de Colombia ante las protestas, enfrentamientos, ataques y saqueos que desde el pasado 28 de abril han dejado al menos 19 muertos y cientos de heridos en el país sudamericano.
"Hacemos este llamado urgente y clamoroso: ¡Que se detenga, por el bien de todos, la espiral de violencia y el círculo de muerte que se están impulsando! Es momento de emprender juntos la tarea de generar un modelo de desarrollo humano integral", afirmaron los obispos en un comunicado publicado el 4 de mayo titulado "La violencia no soluciona nada, produce sufrimiento y muerte".
"Manifestamos nuestro profundo dolor, especialmente por las muertes que han tenido lugar en este contexto, por los heridos y por los enfermos que no han podido contar con la atención de la misión médica", indicaron los obispos.
"Reafirmamos que la violencia, el vandalismo, las agresiones, el abuso de la fuerza y el caos social no solucionan nada, pues sólo traen consigo sufrimiento y muerte, especialmente a los más pobres, además de deslegitimar y hacer cuestionable cualquier protesta social", continuaron.
Luego de reiterar que consideran que la protesta pacífica es un derecho de los ciudadanos, los obispos rechazaron "decididamente, sea cual fuere su proveniencia, las violaciones a los derechos humanos, los actos de violencia vandálica, los bloqueos a la movilidad y al abastecimiento de alimentos, la desaparición de personas, los atentados contra la integridad física de cualquier persona, los destrozos causados a los bienes públicos y privados".
Los prelados alentaron a trabajar en la reconciliación nacional y reiteraron, "unidos al Papa Francisco, que es urgente abrir los canales para el diálogo social, para afrontar la compleja situación que vivimos".