Este sábado 24 de abril, el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de la española Amparo Portilla Crespo, esposa y madre de 11 hijos que solía asistir a la Misa diaria, ayudaba a los más necesitados y se hizo conocida por su apostolado familiar y su carácter amable con los demás.
Amparo o María de los Desamparados nació el 26 de mayo de 1925 en Valencia (España). Durante la Guerra Civil española se vio obligada a dejar de estudiar en un internado y a los 12 años tuvo que afrontar la pérdida de su padre, encarcelado y asesinado en 1937.
Una vez superada la guerra, pudo retomar los estudios de maestría y comenzar su actividad como catequista. Se mudó a Madrid y se casó en 1950 con Federico Romero, con quien tuvo 11 hijos. Durante este período se incorporó a la Obra Apostólica Familiar, convirtiéndose, junto con su esposo, en líder nacional.
Se comprometió a difundir la práctica religiosa en la familia, en particular participando en varios programas de televisión que trataban cuestiones familiares.
Esta madre vio la mano de Dios en cada evento de su vida. Trató de hacer su voluntad, confiando siempre en él y enseñando a sus hijos a comportarse igual.
En la oración sencilla, constante y filial encontró la fuerza para apreciar la vida cotidiana, amar a su esposo e hijos sin descuidar la atención a los demás. En la oración buscó apoyo para abrazar los momentos de la cruz, especialmente ante la adversidad y la enfermedad.