Más de 13 mil personas han firmado una solicitud a la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, para que interceda ante las autoridades de Cuba y se investiguen las muertes del fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá y del activista Harold Cepero, ocurridas el 22 de julio de 2012.
Ese día Oswaldo Payá y Harold Cepero viajaban en un auto hacia el oriente del país junto al sueco Jens Aron Modig y el español Ángel Carromero.
Aunque la versión del gobierno comunista es que el vehículo de los disidentes sufrió un accidente, miembros del MCL en el extranjero informaron que recibieron mensajes de texto alertando que un auto del régimen los estaba siguiendo y los había embestido, sacándolos de la carretera.
En marzo del 2013 Modig confirmó que él había enviado los mensajes de texto. Carromero, a quien el régimen culpó del "accidente" y lo mantuvo preso varios meses, dijo también en el 2013 a The Washington Post que un auto lo estuvo siguiendo y que los había embestido.
El español dijo al diario estadounidense que Oswaldo y Harold dijeron que el auto que los estaba siguiendo debía ser de "La Comunista", pues llevaba una placa azul, de las que usan los vehículos oficiales.
"Yo tenía miedo, pero Oswaldo me dijo que no parara si no hacían una señal que nos forzara a hacerlo. Manejé cuidadosamente, sin darles razón para parar. La última vez que miré por el espejo me di cuenta que el carro estaba muy cerca y repentinamente sentí un estruendoso impacto por detrás", relató.