Los padres del pequeño Gabriel da Silveira Guimarães lo llaman su "pequeño milagro", pues a pesar de nacer con hidrocefalia, ha crecido sin secuelas y ahora vive su fe jugando a "celebrar" la Misa.
La madre, Pâmela Rayelle Guimarães, señaló a ACI Digital – agencia en portugués del Grupo ACI - que Gabriel fue "muy deseado y planeado", e indicó que junto a su esposo, Hugo de Melo Guimarães, se llenaron de alegría al descubrir el embarazo cuando su primer hijo Davi cumplió un año.
"Mi embarazo fue normal y saludable", recordó la madre. La primera ecografía morfológica mostró que "todo estaba perfecto con el bebé", agregó.
Sin embargo, cuando tenía 16 semanas de embarazo, Pamela y Hugo recibieron una noticia preocupante, el bebé presentaba "hidrocefalia en tres ventrículos del cerebro" y "el pronóstico de los médicos no era bueno".
"Me informaron de inmediato que la hidrocefalia era muy grave y se apoderaba de casi todo el cerebro. Nos remitieron para el acompañamiento de riesgos y cada mes las noticias empeoraban", recordó la madre.