En la conversación con ACI Prensa, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk señaló que, a pesar de los acuerdos de Minsk, y de la tregua, "la guerra en el este de nuestro país, iniciada en 2014, no se ha detenido nunca" y que todos los días fallecen soldados. "Ahora, de nuevo, vemos largas columnas de militares rusos que se dirigen hacia las fronteras ucranianas", indicó.
"Estamos muy perplejos y preocupados por el aumento de la presencia militar rusa a las puertas de nuestro país. Parece que se trata de la militarización más grande desde el inicio de la guerra. Este hecho no puede pasar inadvertido para la comunidad internacional", añadió.
Aseguró que "el pueblo ucraniano está cansado de la guerra provocada por Rusia, queremos la paz y no podemos quedarnos en silencio ante el sufrimiento de la gente y las lágrimas de las madres ucranianas por la muerte de sus hijos. Vivimos en un continuo terror psicológico. Según los últimos sondeos, el 60% de la población ucraniana vive con miedo a un ataque militar por parte rusa".
El Arzobispo Mayor explicó que se ha reunido con embajadores de varios países y representantes de la sociedad civil, y después de esas consultas puede afirmar "que nadie quiere la guerra".
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"Entendemos bien que la movilización de las tropas rusas en las fronteras ucranianas forma parte del conflicto a nivel global entre Estados Unidos y Rusia. Aquí, en Ucrania, advertimos el clima de guerra fría y con dolor podemos constatar que, por desgracia, Ucrania se ha convertido en el centro de este choque. Pero Ucrania quiere restablecer la paz justa, nuestro pueblo quiere permanecer seguro en sus propias casas, y no tiene ningún interés en provocar el choque con la Federación Rusa".
Además, subrayó que todas las Iglesias cristianas de Ucrania, y demás organizaciones religiosas, "juntos, hemos denunciado la 'mentalidad de la guerra' con la cual los políticos quieren satisfacer sus objetivos geopolíticos, financieros, etcétera".
"Como repite continuamente el Santo Padre, con la guerra no se gana nada, pero se pierde todo. Por desgracia, hoy constatamos que se intenta legitimar la guerra para presionar a los Estados, y esto sucede en el contexto de la pandemia global", hizo hincapié.
Además, aseguró que, "sobre todo, en este período de miedo nacional, nuestra Iglesia quiere permanecer cercana a su pueblo, compartiendo con su gente el dolor y la preocupación. La Iglesia greco-católica ucraniana siempre ha sido la Iglesia del pueblo, en diferentes períodos de la historia hemos cargado con el dolor del pueblo ucraniano. Hoy el Señor nos pide que hagamos lo mismo".
Para lograr la paz, aseguró, "se necesita desear la paz. Si se desea la paz, poco a poco, se encuentran los medios para llegar a alcanzarla".
En el caso de Ucrania, "vemos que el deseo de paz se expresa con frecuencia, pero, a la hora de la verdad, no se dan los pasos concretos para construirla. Obviamente, detrás de la guerra hay diferentes intereses".