REDACCION CENTRAL,
Miguel Mendoza es un joven de 25 años que perteneció a los Testigos de Jehová, y cuyo camino de conversión comenzó con una imagen de San Juan Pablo II celebrando Misa. Ahora ya es diácono y en unos meses será ordenado sacerdote en Estados Unidos.
Mendoza nació en Colorado (Estados Unidos), y fue ordenado diácono el 13 de febrero con otros ocho jóvenes de la Arquidiócesis de Denver.
Miguel se crió en una familia integrada por testigos de Jehová. "Cuando nací ya eran Testigos de Jehová. Tengo entendido que mi mamá quería ser monja cuando estaba en México pero mi abuela no la dejó. Poco después dejaron la fe católica, encontraron los Testigos de Jehová, y cuando yo nací, nací en una familia que era Testigo de Jehová", narró a El Pueblo Católico, de la Arquidiócesis de Denver.
Relató que fue gracias a su madre que aprendió a "tener un verdadero amor a Dios, aunque obviamente no iba a ser lo más perfecto, porque los Testigos de Jehová tienen unas ideas diferentes a los católicos".
"Tienen un entendimiento incorrecto de lo que es la fe católica. Ellos no están de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia Católica y hay casi como un odio para la Iglesia; así que era con lo que yo crecí, sabiendo que la Iglesia Católica no era algo bueno", relató el futuro sacerdote.
Mendoza contó que a los 16 años quiso investigar más de lo que era la fe católica.