MADRID,
La Diócesis de Ávila dio inicio al Congreso por los 50 años de la proclamación de Santa Teresa de Jesús como Doctora de la Iglesia con una Misa inaugural en el convento de la santa, en la que se leyó una carta enviada por el Papa Francisco al Obispo, Mons. José María Gil Tamayo, con motivo de la efeméride.
El Pontífice recordó en su carta que Santa Teresa de Jesús "fue la primera mujer en recibir" el título de doctora de la Iglesia, en reconocimiento por "el precioso magisterio que Dios nos ha regalado en sus escritos y en el testimonio de su vida".
Aseguró que "a pesar de los cinco siglos que nos separan de su existencia terrena, la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo siempre necesitado de testigos valientes, capaces de romper cualquier muralla, sea física, existencial o cultural".
También destacó que "su arrojo, su inteligencia, su tenacidad, a los que unió una sensibilidad para lo bello y una maternidad espiritual hacia todos aquellos que se aproximaban a su obra, son un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad".
El Santo Padre recomendó seguir acercándose a los escritos de Santa Teresa de Jesús, porque "tenerla como amiga, compañera y guía en nuestro peregrinaje terrenal confiere seguridad y sosiego al alma".
"Su ejemplo", aseguró, "no es sólo para aquellos hermanos y hermanas nuestros que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desean progresar en el camino de purificación de toda mundanidad, y que conduce al desposorio con Dios, a las elevadas moradas del castillo interior".