El Purpurado dijo que los que visiten Vilna quedarían impresionados por la cultura católica de la ciudad, especialmente en su parte antigua, donde había 40 iglesias antes del advenimiento del comunismo en la década de 1940.
Señaló que detrás de la catedral "hay una colina que tiene tres cruces blancas muy grandes", que "fueron colocadas para marcar el lugar del martirio de los franciscanos, […] los primeros que llegaron como misioneros", dijo y explicó que "las tres cruces fueron retiradas por el gobierno comunista desde el principio, pero fueron reconstruidas".
El Purpurado relató que luego de fundarse la moderna República de Lituania en 1918, se celebraron elecciones para la Asamblea Constituyente de Lituania.
Dijo que una proporción significativa de los miembros de la asamblea parlamentaria, que duró un tiempo breve, eran sacerdotes católicos. Explicó que este precedente llevó a los obispos del país a especificar que los sacerdotes no podían postularse para las elecciones, cuando el país reclamó su independencia en 1990.
El Purpurado recordó que cuando Moscú intentó reafirmar su autoridad en 1991, dos parlamentarios tomaron en secreto la copia original firmada de la Ley de restablecimiento del Estado de Lituania y se la confiaron al Arzobispo Emérito de Kaunas, Cardenal Vincentas Sladkevicius.
La historia de los católicos en Lituania se vio afectada por la persecución religiosa, un aspecto que hasta hoy es recordado en sus monumentos históricos.
"Sé que el Papa Francisco durante su visita [en 2018] se sintió muy conmovido por el museo de la KGB, que era la antigua prisión de la KGB [agencia principal de policía secreta de la Unión Soviética]. Tuvimos sacerdotes y obispos que fueron interrogados y detenidos allí. Uno de nuestros obispos fue ejecutado allí", señaló el Purpurado.
"Y luego está la Colina de las Cruces en las afueras de Siauliai. Ese lugar también es impresionante", agregó.
Este histórico lugar, ubicado cerca de la ciudad de Siauliai, al norte de Lituania, simboliza la resistencia y la fe católica de los lituanos. Si bien su origen se remonta al siglo XIX, es recordado porque durante la ocupación soviética los peregrinos fueron perseguidos e incluso castigados.
Este "testifica el respeto y la fidelidad del sacrificio de la cruz, a través de la cual Cristo salvó a la gente de todos los tiempos y generaciones", señala su sitio web oficial. Se estima que allí se encuentran más de 100 mil cruces y hay varias imágenes de la Virgen María, así como rosarios.
El Papa Juan Pablo II visitó la Colina de las Cruces durante su viaje a Lituania el 7 de septiembre de 1993. Ello volvió famoso este lugar en todo el mundo católico, lo que llevó a un aumento significativo de la asistencia de peregrinos y turistas.
"Hay algunos lugares aquí que son bastante únicos", dijo Mons. Gruses, y animó a los fieles a visitar su nación cuando se permitan nuevamente los viajes internacionales, explicando que de ese modo también se puede ayudar a mantener la misión evangelizadora en el país.
Finalmente, animó a los católicos a apoyar a la Iglesia en Lituania a través de una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York llamada Ayuda Religiosa Católica Lituana, de la cual el Purpurado forma parte.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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