El Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, señaló que la Pascua es "apostar por lo imposible de Dios más que por lo posible de los hombres" y animó a ser una Iglesia que lleve el gozo pascual a un mundo lleno de dolor, especialmente por las dificultades que deja la pandemia de COVID-19.
El 4 de abril, Domingo de Resurrección, Mons. Pizzaballa presidió la Misa en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, como parte de las celebraciones de Semana Santa este 2021.
"Hemos venido aquí una vez más al Sepulcro para anunciar con fuerza y alegría que Cristo ha resucitado, que la muerte ya no tiene poder sobre Él y sobre cada uno de nosotros", indicó.
En su homilía, el Patriarca señaló que el último año ha dejado para muchos solo enfermedad y muerte y los ha llevado a ser "un poco como María Magdalena: tentados a correr hacia atrás, a buscar los cuerpos que hemos perdido, las oportunidades perdidas, las vacaciones postergadas, la vida que parecía escapar".
Mons. Pizzaballa dijo que, frente a este panorama, la Pascua llega como una forma de ver en los signos de la pasión "los indicios y la promesa de una vida nueva y extraordinaria, no porque seamos soñadores sino porque creemos en Dios, el Señor de lo imposible".