VATICANO,
El Papa Francisco se dirigió a los fieles de la ciudad de Roma y del mundo con el mensaje pascual previo a la Bendición Urbi et Orbi que este Domingo de Pascua 4 de abril impartió desde el altar de la cátedra de la Basílica de San Pedro.
En su mensaje, el Santo Padre advirtió que "¡Todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo!" por lo que rezó para "que el Señor, que es nuestra paz, nos ayude a vencer la mentalidad de la guerra" y que conceda a cuantos son prisioneros en los conflictos "que puedan volver sanos y salvos con sus familias" así como también que "inspire a los líderes de todo el mundo para que se frene la carrera armamentista".
"En medio de las numerosas dificultades que atravesamos, no olvidemos nunca que somos curados por las llagas de Cristo. A la luz del Señor resucitado, nuestros sufrimientos se transfiguran. Donde había muerte ahora hay vida; donde había luto ahora hay consuelo. Al abrazar la Cruz, Jesús ha dado sentido a nuestros sufrimientos. Y ahora recemos para que los efectos beneficiosos de esta curación se extiendan a todo el mundo. ¡Feliz, Santa y Serena Pascua a todos!", dijo el Papa.
A continuación, el Mensaje Pascual pronunciado por el Papa Francisco:
Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua! ¡Feliz, Santa y Serena Pascua!
Hoy resuena en cada lugar del mundo el anuncio de la Iglesia: "Jesús, el crucificado, ha resucitado, como había dicho. Aleluya".
El anuncio de la Pascua no muestra un espejismo, no revela una fórmula mágica, no indica una vía de escape frente a la difícil situación que estamos atravesando. La pandemia todavía está en pleno curso, la crisis social y económica es muy grave, especialmente para los más pobres; y a pesar de todo -y es escandaloso- los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan. Y hoy. Es el escándalo de hoy.