En 2005 el Papa San Juan Pablo II partió a la Casa del Padre. Entre las muchas historias de sus más de 26 años de pontificado, hay una que es poco conocida y trata sobre la cruz que sostuvo en sus manos durante su último Vía Crucis.
San Juan Pablo II ya estaba grave pero no quiso perderse el Vía Crucis del Viernes Santo del 25 de marzo de 2005.
No lo pudo presidir, pero lo siguió abrazando una cruz que fue hecha en Polonia, en la localidad de Stefkowa, exactamente en las montañas Bieszczady.
La cruz está estrechamente relacionada a la historia de una mujer, Janina Trafalska, que sufrió un grave accidente en 1990 cuando tenía 29 años, lo que le dejó la columna gravemente afectada.
Sobre Trafalska, la televisora polaca emitió un reportaje titulado “¡Cruz santa, por encima de cualquier árbol!”, que relata cómo la mujer cayó de una ventana debió seguir un tratamiento de varios meses.
Stanislaw Trafalski, esposo de Janina, hizo una especial peregrinación en las montañas de Bieszczady para unirse a ella en su dolor. Sin embargo la mujer no se veía alentada y no lograba comprender ni aceptar lo que le pasó, lo que finalmente la dejó postrada en una silla de ruedas.