La Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano denunció el "odio y la violencia" que llevaron al asesinato de Victoria Esperanza Salazar, migrante asesinada por policías en México.
En comunicado publicado en el sitio web de Cáritas Mexicana, Mons. José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Ciudad Juárez y responsable de la Pastoral de Movilidad Humana, expresó la preocupación de la Iglesia "ante la discriminación, el racismo y la xenofobia que imperan en los cuerpos de seguridad pública de todo el Estado mexicano".
El 27 de marzo, en Tulum, en el estado mexicano de Quintana Roo, cuatro policías municipales sometieron a Victoria Esperanza hasta que quedó inconsciente sobre el suelo.
Los policías desatendieron los pedidos de auxilio, mientras una agente del orden presionaba su cuello con una rodilla.
La Fiscalía General del Estado de Quintana Roo señaló en un comunicado que la migrante salvadoreña murió "aparentemente durante la detención por parte de elementos de la policía municipal de esa zona".
Los peritos del Servicio Médico Forense, continuó la Fiscalía, encontraron "una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra, lo que provocó la pérdida de la vida de la víctima".