El 29 de marzo, la Tercera Sala de la Corte Suprema de Chile reconoció el "valor absoluto" de la libertad de conciencia y de la libertad religiosa, al fallar a favor de la celebración de Misas presenciales durante el periodo de cuarentena por el coronavirus.
En Chile, la pandemia del coronavirus ha obligado al gobierno del presidente Sebastián Piñera a decretar "estado de excepción", que otorga facultades extraordinarias para restringir la libertad de reunión, de desplazamiento, incluso el derecho a la propiedad.
De acuerdo a la gravedad epidemiológica del país, las etapas de "cuarentena", "transición", "preparación" y "apertura inicial" descritas en el "Plan Paso a Paso" determinan las restricciones y libertades de los ciudadanos en cada comuna.
En la fase de cuarentena, el culto religioso presencial está completamente restringido. Mientras que en la etapa de transición, las Misas pueden realizarse de lunes a viernes con un aforo máximo de 10 personas en espacios cerrados.
En la fase de preparación y de apertura inicial el número de fieles puede ir de 25 a 75 personas o más, de acuerdo a la capacidad de la iglesia y otros factores sanitarios.
En febrero, durante una cuarentena, el católico Diego Vargas Castillo interpuso un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Arica, al señalar que las medidas de la autoridad sanitaria afectaban su derecho al libre ejercicio del culto.