El Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) destacó que la Iglesia está llamada a anunciar y testimoniar a Cristo en la sociedad moderna ante el "desierto espiritual" actual.
"Cuanto más Dios parece desaparecer del horizonte del hombre moderno y crecen las inquietudes existenciales, los miedos y los impulsos divisorios, más llamada está la Iglesia a anunciar a Cristo nuestra esperanza, y a dar testimonio del camino de la comunión y la colaboración, camino que anula las diferencias, pero las respeta y las realza en armonía superior", escribió la presidencia del CCEE.
El Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas fue aprobado por la Congregación para los Obispos el 25 de marzo de 1971 y sus estatutos fueron establecidos como definitivos por San Juan Pablo II en 1995.
En un mensaje con ocasión del 50 aniversario de fundación, la presidencia de los episcopados europeos señaló que "proclamar la persona de Cristo significa abrir el corazón de la humanidad, su inteligencia a toda la realidad, y redescubrir el verdadero rostro de cada persona, fundamento último de su dignidad y derecho; significa anunciar su futuro y por tanto el sentido del presente".
"No podemos callar, para alabanza de Dios y nuestro aliento, que incluso el desierto florece. El 'desierto espiritual' que parece definir el continente, contiene brotes más profundos que se mueven; infunden confianza y entusiasmo en el anuncio integral del Evangelio", añadió.
En este sentido, el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas subrayó la importancia de "prestar atención al diálogo entre todas las religiones como base para la construcción de un mundo fraterno, así como un compromiso urgente con la creación de la que somos custodios".