BUENOS AIRES,
En su carta pastoral para la Cuaresma, el Arzobispo de Paraná, Mons. Mario Maulión, afirmó que el mensaje de purificación y renovación para este tiempo es “siempre nuevo” y exhortó a los cristianos a “purificar la mirada y ablandar el oído para reestrenar la cercanía de Jesús”.
“La Cuaresma es un período privilegiado, cada año, para reencontrarnos con el Señor que nos invita a mirar nuestra persona, nuestra conducta personal, comunitaria y social, con sus ojos. ¡Llegar a vernos como somos vistos por Él!”, afirmó el Prelado y añadió que “su mirada, compasiva y penetrante, nos descubre y realza nuestra dignidad fundamental: soy hombre porque soy fruto de la elección y de la decisión de Dios que me quiere para ‘ser a su imagen’, para ser comunitario, en relación con Él y con los demás”.
Mons. Maulión se refirió a la creciente crisis moral y denunció que “el caótico ‘cambalache’ ya no es sólo una irrespetuosa mezcla de conductas contrapuestas, unas buenas y otras perniciosas. Estamos llegando a algo peor: se presenta como innegable, fuera de discusión que ya no hay ni bueno ni malo. Todo es relativo, todo es opcional, según el gusto, la comodidad o la opinión de cada uno”.
Por nuestra parte –se preguntó–, “quienes somos y nos consideramos creyentes cristianos, ¿somos coherentes con nuestra fe? ¿No es nuestra fe una rara mezcla de religiosidad sincera y de paganismo práctico?”.
Frente a esto, el Arzobispo resaltó “la mirada de Jesús sobre la realidad” que “suscitó en Él sus sentimientos”. “Su mirada no fue sólo lamento: fue acción. Buscó a los hombres y llamó a otros para que con Él buscasen. Buscó y orientó. Llamó y formó. Convocó e invitó y urgió a caminar con Él, a pensar y a actuar como Él”, afirmó el Arzobispo.
“El creyente–continuó el Prelado–, es educado por Jesús cuando le abre su corazón. La acción de Jesús es constante. Sólo se aminora, se reduce o se bloquea por el olvido del hombre, por la dureza de su corazón, la pasión descontrolada, o las tonterías con que satura su corazón. Lo único que paraliza la acción de Jesús es la resistencia o la rebeldía del hombre”.