MADRID,
La parroquia de la Virgen de la Paloma, en Madrid, reabrió sus puertas este viernes 19 de marzo después de la trágica explosión de gas que tuvo lugar el 20 de enero y en la que fallecieron 4 personas: el sacerdote Rubén Pérez Ayala, el feligrés David Santos y otras dos personas, Javier Gandía y Stefko Ivanov.
El párroco, Gabriel Benedicto, celebró la Misa con la que se reabrió el templo y en ella recordó y rezó por los fallecidos. En la celebración estuvieron presentes los familiares y amigos de los fallecidos.
La explosión se produjo en el exterior del edificio de las dependencias parroquiales, situado en la calle Toledo nº 98 y que continúa cerrado, debido a una fuga de gas que se introdujo en el interior del edificio al soltarse el conducto bajo la acera.
El olor a gas comenzó a sentirse con fuerza en el edificio pocos minutos antes de la explosión, aunque algunos viandantes lo percibieron en la calle en diferentes momentos del día, como se supo más tarde.
Los cuatro fallecidos se encontraban en el exterior, frente al edificio, en el momento del siniestro. El P. Rubén fue rescatado aún con vida y trasladado al hospital, donde falleció poco después.
Según informó la Archidiócesis de Madrid por medio de una noticia de la agencia archidiocesana, Infomadrid, en su homilía, el párroco Gabriel Benedicto manifestó la incapacidad "de comprender el significado completo de los acontecimientos vividos".