VATICANO,
"También yo me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: ¡Que pare la violencia!", expresó el Papa Francisco al finalizar la Audiencia General de este miércoles 17 de marzo, para reclamar el fin del derramamiento de sangre que deja los enfrentamientos de militares y policías contra los manifestantes que protestan por el golpe militar del 1 de febrero que derrocó al gobierno civil.
"Una vez más, y con mucha tristeza, siento la urgencia de evocar la dramática situación en Myanmar, donde muchas personas, sobre todo jóvenes, están perdiendo la vida para ofrecer esperanza a su país. También yo me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: ¡Que pare la violencia! También yo extiendo mis brazos y digo: ¡Que prevalezca el diálogo! La sangre no resuelve nada. Que prevalezca el diálogo", fue el pedido del Pontífice.