VATICANO,
El reciente viaje apostólico del Papa Francisco a Irak, del 5 al 8 de marzo, tenía como uno de sus objetivos profundizar en el diálogo entre cristianos y musulmanes en un país donde las minorías religiosas han sufrido durante años violencia y persecución.
En declaraciones a ACI Prensa, el Cardenal Miguel Ángel Ayuso, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que acompañó al Santo Padre a Irak en el séquito papal, la visita ha sido "un hito más en el camino de la promoción del diálogo interreligioso".
En opinión del Cardenal Ayuso, la visita "ha ayudado a la comunidad cristiana a sentirse unida a los miembros de otras etnias, culturas y pertenencias religiosas".
Explicó que la visita del Santo Padre ha dado al pueblo iraquí "un sentimiento de gran esperanza, una gran esperanza por el sencillo motivo de que se ha visto cómo esta sociedad, la iraquí, es una sociedad que vive de una riqueza cultural muy variada".
Por lo tanto, el Pontífice ha ayudado a promover "el sentimiento de ciudadanía vivido por todos, más allá de lo que es cualquier tipo de pertenencia, o de mayoría o de minoría".
Es decir, "el sentirse todos miembros de una nación, miembros de un pueblo en su gran riqueza cultural y religiosa".