El sábado 6 de marzo unos desconocidos ingresaron a una iglesia en Mendes Pimentel (Brasil), destruyendo parte de la iglesia y arrojando al suelo las hostias consagradas.
La profanación ocurrió en la comunidad de São Vicente de Paulo, perteneciente a la parroquia Senhor Bom Jesus de la Diócesis de Teófilo Otoni. Se informó que los delincuentes rompieron las ventanas, el techo, los bancos, los muebles y todas las imágenes sagradas. La Policía está investigando el hecho.
El párroco, P. Erivelto Ferreira Alves, dijo que los fieles están conmocionados por lo ocurrido.
En un comunicado, el Obispo de Teófilo Otoni, Mons. Messias dos Reis Silveira, manifestó su solidaridad al párroco y a toda la comunidad ante este "triste hecho".
"Sabemos que la Iglesia siempre ha sufrido persecución. Se destruyen templos y se quitan vidas. Pero nada nos separará del amor de Cristo", señaló el Prelado, recordando las palabras del apóstol San Pablo.
Además dijo que no solo ha sido golpeada la iglesia, "sino la vida cristiana de las personas que ahí viven". Sin embargo, el Prelado recordó que "los fieles tienen una marca bautismal y esa marca permanecerá" y, así, "el templo será reconstruido y la fe del pueblo se fortalecerá".