El Papa Francisco se reunió este domingo 7 de marzo con la comunidad cristiana de Qaraqosh en la Catedral de la Inmaculada Concepción, que fue destruida por el Estado Islámico, para hacer un llamado al perdón y asegurar que el terrorismo nunca tiene la última palabra, sino Cristo que venció a la muerte.
La Catedral de la Inmaculada Concepción fue profanada y quemada por los terroristas del Estado Islámico (ISIS) en agosto de 2014, y usaron sus restos como campo de tiro.
Qaraqosh, también llamada Baghdede, fue capturada por el ISIS el 6 de agosto de 2014. En junio habían tomado Mosul y siguieron avanzando por las aldeas de la región norte de Irak, habitadas mayormente por cristianos. Los terroristas también se enseñaron con los yazidíes, otra de las minorías étnicas y religiosas del país.
La irrupción del Estado Islámico –que también actuaba en la vecina Siria–, provocó la huida de cientos de miles de cristianos hacia el Kurdistán iraquí, la región autónoma donde vivieron como refugiados hasta la derrota del grupo terrorista. Otros emigraron a otros países.
En las ciudades y aldeas que capturaba, el ISIS aplicaba la ley islámica o sharia. A los cristianos que no pudieron huir los amenazaban de muerte si no renunciaban a su fe o pagaban el tributo de sumisión. Hubo asesinatos y convirtieron a las mujeres en esclavas sexuales. El objetivo del grupo terrorista era establecer un califato.
Con respecto a la catedral, después de la liberación de la ciudad en octubre de 2016, el edificio volvió a ser un lugar sagrado y se levantó un altar improvisado y una gran cruz de madera sobre el techo. Sin embargo, la verdadera reconstrucción comenzó en enero de 2020. Una nueva estatua de la Virgen María fue colocada sobre el campanario y una imagen de dos metros de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción fue repuesta en el altar.