"Sin lugar a duda sabemos que todo es Providencia, pero lo vemos realmente como Providencial que, en estos difíciles tiempos de nuestra Patria, se ponga la mirada en un hombre 'amigo de Dios' trabajador, empresario en plenitud, creyente, por tanto, alegre, de palabra, sin doblez, honrado y solidario".
"La vida de Enrique es un don para cada uno, 'es un don para mí' debemos decirnos, es un don para nuestra Patria, es un don para la Iglesia. Rezamos confiados para que ella, un día pueda presentarlo como faro y referente, así son los santos y sin ánimo de adelantar ningún juicio, muchos intuimos y olemos la vida en Dios de Enrique Shaw".
Además, Mons. Olivera, destacó que Enrique Shaw "tenía una profunda devoción Eucarística. Enrique entendió este gran misterio de fe en su íntima relación con el modo de ver a los hermanos".