Desde este lunes 22 de febrero y hasta el miércoles 24, los obispos de Francia se han reunido en asamblea plenaria extraordinaria de forma virtual para reflexionar sobre la responsabilidad de la Iglesia en los casos de abusos por parte de sacerdotes.
En los últimos años la Iglesia en Francia no ha sido ajena al escándalo de los abusos sexuales. Uno de los casos más recientes ha sido el proceso judicial contra Bernard Preynat, exsacerdote condenado por abusos. Esta semana la Arquidiócesis de Lyon compensó a 14 de las víctimas de Preynat.
El Cardenal Philippe Barbarin había sido condenado en primera instancia en 2019 por supuesto encubrimiento del P. Preynat cuando era Arzobispo de Lyon. Sin embargo, en enero de 2020 la Corte de Apelaciones de Lyon absolvió al Purpurado.
La discusión de estos días ha sido principalmente entre obispos, mientras que algunas víctimas y expertos podrían participar en los grupos de trabajo. Durante la asamblea los cuatro grupos de trabajo fueron: prevención de los abusos, acompañamiento a los clérigos culpables, presupuesto financiero para la reparación de las víctimas y la importancia de la memoria histórica.
"El conjunto de trabajos se desarrollará en secreto para tener libertad frente a las diferentes reacciones [de los medios de comunicación]. Los obispos tienen necesidad de examinar los puntos en los que ellos están de acuerdo y en los que no", explicó el sacerdote Hugues de Voillement, secretario general del Episcopado.
Los prelados franceses habían creado en el año 2018 la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (CIASE), con ayuda de la Conferencia de Religiosos y de Religiosas de Francia. Esta comisión, presidida por Jean-Marc Sauvé, tiene por tarea identificar y escuchar las víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos franceses desde el año 1950.