VATICANO,
En un encuentro realizado en el Aula Pablo VI con decenas de miembros de diversos seminarios romanos, el Papa Juan Pablo II afirmó que los seminaristas “son de modo muy especial el futuro y la esperanza de la Iglesia”.
En su discurso, el Santo Padre continuó diciendo que “su presencia en el seminario es una señal de la fuerza de atracción que Cristo ejerce en el corazón de los jóvenes. Una fuerza que no quita nada a la libertad, es más, le permite realizarse plenamente eligiendo el bien más grande: Dios, a cuyo servicio exclusivo se dedica para siempre”.
En el encuentro estuvieron presentes los miembros de la comunidad del Pontificio Seminario Romano Mayor reunidos con ocasión de la fiesta de la Virgen de la Confianza, patrona del seminario. Asimismo se encontraban en el Aula los estudiantes de los seminarios Capranica, Redemptoris Mater y Divino Amore.
“¡Para siempre!”, exclamó el Santo Padre, explicando que “en estos tiempos se tiene la impresión de que hay una cierta resistencia por parte de la juventud frente a los compromisos definitivos y totales”.
“Es como si se tuviese miedo de asumir decisiones que duren toda la vida. Gracias a Dios, en la diócesis de Roma existen numerosos jóvenes dispuestos a consagrar su propia vida a Dios y a los hermanos en el ministerio sacerdotal. De todas formas, debemos rezar incesantemente al dueño de la mies para que envíe siempre nuevos trabajadores y los sostenga en el compromiso de adhesión coherente a las exigencias del Evangelio”, indicó.
Durante el acto, el coro y orquesta de la diócesis de Roma interpretaron una pieza musical de un Oratorio inspirado en el “Tríptico romano”, el libro de poesías de Juan Pablo II publicado el año 2003.