No muchas personas saben que cada día de la Cuaresma, tiempo en que los católicos nos preparamos para vivir la Semana Santa y celebrar la Fiesta de la Pascua, es una oportunidad de ganar una indulgencia plenaria.
El Catecismo de la Iglesia Católica señala que la indulgencia "es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos".
Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden obtenerse para uno mismo o para el alma de un difunto. No se puede ganar una para otra persona viva.
En la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina, San Pablo VI aseguró que "cuando los fieles ganan las indulgencias en sufragio de los difuntos, realizan la caridad de la forma más eximia, y al pensar en las cosas sobrenaturales trabajan con más rectitud en las cosas de la tierra".
Es importante recordar que solo se puede ganar una indulgencia plenaria por día; y que cada una de las cuatro formas que presentamos a continuación deben ir acompañadas de las tres condiciones habituales para obtener una indulgencia: