MADRID,
En una conferencia ofrecida en la Universidad de Navarra, el Obispo de Namur (Bélgica), André Léonard, explicó que la adopción de niños por parejas homosexuales implica una injusticia porque provoca “una situación antinatural que no será buena para el desarrollo del niño”.
Tras señalar que es difícil que todos los niños crezcan en un ambiente familiar ideal, el obispo de Namur indicó que se debe procurar solucionar esa situación anómala. “Lo que no es justo es provocar una situación antinatural que no será buena para el desarrollo del niño. Supone desestabilizar los puntos de referencia para la persona. Con nuestra voluntad perturbamos el fundamento de la sociedad y ponemos en juego su futuro”, subrayó el prelado.
Mons. Leonard, en su intervención en los Seminarios Interfacultativos organizados por el Instituto de Antropología y Ética, declaró que “no se puede llamar matrimonio a algo que no lo es. Hay que respetar el sentido de las palabras y su naturaleza, y matrimonio siempre ha significado 'unión estable entre hombre y mujer'. Dos hombres o dos mujeres que quieran vivir juntos con una protección legal, muy bien, pero no se les debe tratar legalmente igual que a un matrimonio de verdad”.
Asimismo, al referirse a las experimentaciones con células madre adultas, el Obispo señaló que “son hoy las más prometedoras”, mientras que “las embrionarias comportan el peligro de que pueden ser cancerígenas y la multiplicación de esas células todavía no es controlable”. “Aun así se explotan las células de embriones para manifestar la omnipotencia de la ciencia”.
Según el Prelado, la Iglesia no se opone al progreso sino que “toma una posición más realista y respeta más la constitución de la persona humana”. “No somos una cosa, todos hemos sido un embrión”, puntualizó.
El Obispo experto en Metafísica afirmó, por otro lado, que hoy se vive “un individualismo que no es de naturaleza filosófica sino práctica. No hay detrás una filosofía articulada, es un individualismo vitalista, casi irracional”. “Las herejías de hoy no son tan inteligentes como las de los primeros siglos de la Iglesia”, añadió.