VATICANO,
Mons. Domenico Battaglia asumió el cargo de nuevo Arzobispo de Nápoles (Italia) con una Misa el 2 de febrero por la tarde en la Catedral Metropolitana de Santa María de la Asunción.
El Arzobispo Emérito, Cardenal Crescenzio Sepe, no pudo participar en la ceremonia debido a la convalecencia que realiza en su casa después de haber estado internado en el hospital por el COVID-19.
En su primera homilía como Arzobispo de Nápoles, Mons. Battaglia dijo que quería hablar "con el corazón libre de cualquier pretensión de tener que marcar el programa del viaje que nos espera juntos, como si todo dependiera de mí" y añadió que espera encontrar al Señor en los rostros de las personas, en las historias que va a encontrar en su nueva sede episcopal.
En esta línea, el Arzobispo afirmó que "Dios visita a su pueblo en la vida concreta, en la autenticidad de personas que, en su búsqueda, lo reconocen como Señor de su vida, lo acogen y lo anuncian sirviendo a sus hermanos, encontrándolo en los ojos de los más débiles, de los que se sienten excluidos. Estas personas son las piedras vivas del templo: su deseo les da vida".
"Es el Señor quien viene a recibirnos con ternura, quien reaviva la luz dentro de nosotros y devuelve la esperanza. Dios entra en la historia por el lado del hombre, de todo hombre: por el lado de los marginados, que buscan la justicia. Entra del lado de cada uno de nosotros".
Finalmente, Mons. Battaglia dijo que delante de Dios "ninguno de nosotros es perfecto, sin pecado", por lo que invitó a dejarse "encontrar por su mirada, por su misericordia".