Maria Anna Barbara Koob nació en Heppenheim (Alemania) el 23 de enero de 1838. Cuando tenía tres años, su familia se mudó a Estados Unidos, estableciéndose en Utica, Nueva York. Entró en la vida religiosa en Syracuse con las Hermanas de la Tercera Orden Franciscana y tomó el nombre de Marianne.
Cuando las hermanas recibieron noticia de que el rey David Kalakaua de Hawai buscaba ayuda para los leprosos, la Madre Marianne y seis otras respondieron y en 1883 se trasladaron a Honolulu como misioneras.
En 1888 se mudó a Kalaupapa en Molokai para ayudar a los leprosos. San Damián, párroco de los leprosos, había contraído la enfermedad y murió atendido por la Madre Marianne. Después de su muerte, ella y sus hermanas se hicieron cargo de los pacientes de Kalaupapa durante los siguientes 30 años.
Murió a los ochenta años de edad, el 9 de agosto de 1918, sin contraer la enfermedad. Fue canonizada por Benedicto XVI el 21 de octubre de 2012.
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5. Beato Luis Variara
Luis Variara nació en 1875 en Italia. A los doce años ingresó al Oratorio de Valdocco y conoció a San Juan Bosco en la etapa final de su vida. Variara se interesó mucho en la labor de los salesianos y pidió ser admitido en la congregación. Realizó su profesión religiosa ante el Beato Miguel Rúa.
Se trasladó a Agua de Dios, en Colombia, luego de conocer al P. Unía, quien era misionero entre los leprosos de la ciudad. Variara se puso al servicio de una población de dos mil habitantes, de los cuales 800 padecían la enfermedad.
En el trabajo pastoral con la juventud se topó con algunas muchachas que tenían inquietudes vocacionales, pero ninguna congregación aceptaba a una joven leprosa o hija de leprosos. Así, el Padre Luis decidió fundar la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Tuvo que dejar Agua de Dios por obediencia y falleció en Cúcuta (Colombia) el 1 de febrero de 1923. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 2002.
6. Beato Juan Beyzym