El Seminario de San Pedro de Escocia fue construido hace más de cinco décadas en Escocia en medio de un auge de las vocaciones sacerdotales y el aumento del número de católicos en el país; sin embargo, con el tiempo tuvo que cerrarse, porque pese a que era considerado "una gema de la arquitectura", tenía características que lo hacían muy difícil de habitar.
El edificio eclesiástico se encuentra en medio de un bosque lejano, ubicado al norte de la ciudad de Cardross, Dumbartonshire, al norte de Glasgow. Al llegar al lugar, lo primero que se observa son puertas cubiertas de alambres de púas que tienen colgado un letrero que dice: "Manténgase fuera", para bloquear el ingreso a los visitantes.
Según señala National Catholic Register (NCR), en 1958, el entonces Arzobispo de Glasgow, Mons. Donald Campbell, dispuso construir el seminario, debido a que el antiguo seminario de San Pedro ubicado en Bearsden quedó destruido en 1946, tras un incendio provocado por un desastre natural.
La decisión de Mons. Campbell se dio en medio del aumento de vocaciones que experimentó la Iglesia Católica de 1950 a 1960. En ese tiempo, la Iglesia en Escocia, como en otros lugares, esperaba plenamente que esta tendencia continuara con los años.
Además, la población católica de Escocia, particularmente en Glasgow, estaba creciendo significativamente, por lo que se esperaba que con el seminario de San Pedro se pueda contar con suficientes sacerdotes que puedan unirse a las congregaciones en expansión.
El Prelado decidió que el recinto se construya en lo que era Kilmahew House, una mansión baronial escocesa de 1860. El contrato de construcción se firmó con Gillespie, Kidd & Coia y los diseñadores arquitectónicos fueron Isi Metzstein y Andy MacMillan. Los trabajos de construcción iniciaron en 1962 y se inauguró en 1966.