Un intento de reforma económica y social con oscuros manejos tiene actualmente en el ojo de la tormenta al Arzobispo de Madrid (España), Cardenal Carlos Osoro, a causa, principalmente, de la persona a la que encomendó dirigir esta labor y que tendrá que enfrentar un juicio por acusaciones como la de estafa y apropiación indebida.
Bajo la gestión de David López Royo, nombrado delegado de Fundaciones en el Arzobispado de Madrid por el Cardenal Osoro desde 2016 hasta 2019, se intentó vender edificios pertenecientes a fundaciones vinculadas a la Iglesia por una suma superior a los 100 millones de euros.
En declaraciones a ACI Prensa, Rodrigo Pinedo, director de Comunicación del Arzobispado de Madrid, precisó que López Royo "ejercía por delegación la autoridad del arzobispo" para las fundaciones.
El aparente propósito de la venta era parte de una estrategia de fusión de las 74 fundaciones católicas presentes en el Arzobispado. En España es usual que familias con recursos económicos dejen sus propiedades a nombre de una fundación que legalmente es puesta bajo la administración de la iglesia local con la espera de asegurar su honestidad y salud financiera.
Del más de medio centenar de instituciones dejadas en administración de la Arquidiócesis de Madrid, entre las más afectadas se encuentran la Fundación Molina Padilla, la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio, y la Fundación Fusara.
La Fundación Molina Padilla fue creada por el fallecido Alfonso Molina Padilla para, en base a la renta de dos inmuebles de Madrid, otorgar becas de estudio a estudiantes desfavorecidos del municipio español de Málaga.