VATICANO,
El Papa Francisco animó a adorar a Dios con una adoración auténtica. Sólo así "creceremos en el amor por todos los que siguen a Jesús, independientemente de la comunión cristiana a la que pertenezcan, porque, aunque no sean 'de los nuestros', son suyos".
El Pontífice realizó esta enseñanza en la homilía de las Segundas Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Pablo Apóstol, que leyó el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, Cardenal Kurt Koch.
El Santo Padre, no pudo presidir la ceremonia debido a los dolores que todavía padece debido a una ciática.
En las Segundas Vísperas participaron también representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma, al tratarse también de la conclusión de la Semana de oración para la Unidad de los Cristianos.
En la homilía leída por el Cardenal Koch, el Santo Padre reconoció que "amar a nuestros hermanos no es fácil, porque enseguida aparecen sus defectos y faltas, y nos vienen a la mente las heridas del pasado".
En esos momentos "nos ayuda la acción del Padre". "Pidamos, pues, al Padre que nos quite los prejuicios sobre los demás y los apegos mundanos que dificultan la plena unidad con todos sus hijos".