Además, señaló, "estar excomulgado no significa dejar de ser católico. Por ejemplo, un sacerdote que esté excomulgado puede absolver. Si yo, sacerdote, estoy excomulgado por haber cometido cualquier tipo de delito canónico y me encuentro con una persona en peligro de muerte, puedo absolverla".
"Si una persona excomulgada puede absolver, quiere decir que sigue siendo católico. No hay que confundir excomunión con dejar de ser católico, excomunión quiere decir que no puedo recibir los sacramentos. Está excomulgado en el caso del aborto el que lo practica, el que lo hace, pero el político que lo promueve sencillamente no puede recibir la Comunión", reiteró.
El sacerdote español Francisco José Delgado, licenciado en Filosofía y Teología, recordó que "en el numeral 83 de la Sacramentum Caritatis, Benedicto XVI habla de los principios no negociables. El primero de ellos, como es sabido, es el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural".
"A la vez, insiste en que el respeto de estos principios tiene una importancia particular para quienes, por la posición social o política que ocupan, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales. No cabe duda de que ésta es la posición que actualmente ocupa Joe Biden, quien acaba de jurar el cargo de presidente de los Estados Unidos de América", dijo.
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"Según se adelanta, sus primeras decisiones van a ir precisamente en contra de este primer principio no negociable, además que se espera que apoye, entre otras agendas ideológicas, las causas del movimiento llamado LGTBIQ".
El P. Delgado advirtió que "al hacer esto, Joe Biden se sitúa en una posición abiertamente contraria a las enseñanzas de la Iglesia y, por la gravedad del asunto, en una situación de pecado grave".
"Resulta problemático saber si se le puede llamar católico en sentido estricto. La condición de católico, una vez bautizado, se pierde únicamente por la apostasía pública de la fe católica, y no consta que Joe Biden haya dado ese paso", explicó.
La situación de Biden, continuó, "es la de un católico gravemente incoherente con su condición que, como tal, está causando una herida aún peor al Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia".
"De acuerdo con el Derecho Canónico, debería ser excluido de la Comunión Sacramental mientras persista en su pecado. Se podría incluso argumentar que debería considerarse excomulgado 'latae sententiae', al juzgar que sus acciones serán condiciones necesarias para muchos abortos que se llegarán a realizar de hecho, aunque este punto no está nada claro", añadió.
"En cualquier caso es una mala noticia que un representante público de la importancia del presidente de los Estados Unidos sea un mal católico. En el futuro se juzgará a los hombres por la actitud que hayan tomado ante el genocidio que supone el aborto voluntario, y no será tan fácil decir que todos los católicos estuvieron del lado del bien", lamentó.