5. No refuerce las malas conductas
La autora sugiere que cuando sea necesario ir a la parte de atrás de la iglesia, al espacio separado en algunos templos para los pequeños, se evite dejar a los niños correr libremente o darles comida o juguetes. “De lo contrario, asociarán su mala conducta con recibir una recompensa”.
“Más bien, manténgalos en sus brazos y déles una explicación apropiada para su edad sobre su mala conducta”, observa.
6. Celebre los domingos
Las Mejores Noticias Católicas - directo a su bandeja de entrada
Regístrese para recibir nuestro boletín gratuito de ACI Prensa.
Click aquí
Follett aconseja llevar una “bolsa de Misa” con juguetes suaves y libros sobre la Biblia o la Eucaristía apropiados a la edad del niño, que pueden usarse de manera respetuosa sin “desmerecer el sacramento”.
“Tener algo ‘especial’ que ver puede ser para los pequeños una parte emocionante de su domingo”, afirma.
Además, aconseja vestirse de manera elegante para asistir a Misa, de manera que los niños puedan entender que esta celebración es algo especial.
Otra propuesta que plantea es dar a los pequeños recompensas que puedan compartir en familia luego de Misa.
“Si bien los snacks distraen durante la Misa, disfrutar de una comida especial o de un bocadillo después puede ser una excelente recompensa, al mismo tiempo que les da a los niños algo que esperar cada fin de semana”, añade.
“A medida que nuestros hijos crezcan y tengan hermanos menores, el arduo trabajo que estamos haciendo ahora permitirá que nuestros hijos mayores sean ejemplos fundamentales para los más pequeños. Mientras tanto, podemos pedir la gracia de Dios para soportar los momentos más difíciles del proceso de enseñanza”, concluye.