Jesse Martínez, un paciente de COVID-19, golpeó a un anciano católico hasta matarlo con un tanque de oxígeno en el Hospital Antelope Valley en Lancaster, California (Estados Unidos), porque lo vio rezar.
A fines de diciembre de 2020, las autoridades locales señalaron que Martínez sería procesado por asesinato, abuso de ancianos y delitos de odio motivados por la religión.
La víctima, David Hernández-García, un católico latino de 82 años, era residente de Lancaster, un suburbio al norte de Los Ángeles en California. El anciano estaba siendo tratado por una infección por COVID-19 y compartía habitación con Martínez en el hospital local, señaló el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles en un informe.
La policía indicó que el crimen ocurrió el jueves 17 de diciembre de 2020 aproximadamente a las 9:45 a.m. Explicaron que el anciano "estaba alojado en una habitación para dos personas dentro del hospital con el sospechoso, que también estaba allí recibiendo tratamiento. El sospechoso se molestó cuando la víctima comenzó a rezar. Luego golpeó a la víctima con un tanque de oxígeno".
Tras el severo ataque, el anciano "sucumbió a sus heridas y fue declarado fallecido el 18 de diciembre de 2020, aproximadamente a las 10:20 a.m. La víctima y el sospechoso no se conocían", agregó.
Según el teniente Brandon Dean, portavoz del Departamento del Sheriff, tras el siniestro, el personal del hospital detuvo a Martínez hasta que llegó la policía y luego Martínez fue arrestado.