VATICANO,
Al dirigir el tradicional discurso a los superiores de la Curia Romana para las felicitaciones de Navidad, el Papa Francisco pidió este 21 de diciembre superar la mentalidad de los conflictos y a no juzgar a la Iglesia a través de las crisis sino más bien no dejar de rezar y hacer todo lo posible con confianza y esperanza.
"Es fundamental no interrumpir el diálogo con Dios, aunque sea agotador. No debemos cansarnos de rezar siempre. No conocemos otra solución a los problemas que estamos experimentando que rezar más y, al mismo tiempo, hacer todo lo que podemos con mayor confianza. La oración nos permitirá esperar contra toda esperanza", afirmó el Papa.
Tras el saludo del decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Giovanni Battista Re, el Santo Padre calificó esta Navidad como "la Navidad de la pandemia, de la crisis sanitaria, socioeconómica e incluso eclesial que ha lacerado cruelmente al mundo entero" por lo que añadió que "este flagelo ha sido una prueba importante y, al mismo tiempo, una gran oportunidad para convertirnos y recuperar la autenticidad".
En esta línea, el Pontífice recordó el momento de oración en la plaza de San Pedro del pasado 27 de marzo en la que reflexionó sobre "la tempestad" que "desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades".
"Con la tempestad, se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar; y dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos", dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre reflexionó en el significado de la crisis y recorrió algunos personajes bíblicos como Abrahán, Moisés, Elías, Juan el Bautista, San Pablo y Jesús quien "nunca dialogó con el diablo: o lo expulsaba, o lo obligaba a manifestar su nombre" y reiteró que "con el diablo nunca se dialoga".