La ginecóloga Alicia Thompson vivió muchos años lejos de la fe, pero una crisis la apartó de su trabajo en el mundo del aborto, la llevó a conocer a Dios y tener una experiencia de conversión. Ahora es una fuerte defensora de la dignidad de la vida humana.
En una entrevista a The Journey Home, Thompson señaló que creció en un hogar agnóstico, donde sus padres, a pesar de vivir la fe católica de pequeños, al salir de casa nunca la incluyeron en sus vidas.
La ginecóloga indicó que, si bien de niña solía realizarse preguntas básicas sobre "el significado de la vida y la muerte", al llegar a la adultez dejó de preocuparse por esos temas.
"Terminé la escuela de medicina y me mudé a Ohio, donde tuve una gran crisis, una crisis espiritual, una crisis personal y también coincidió con una crisis moral que estaba experimentando en mi trabajo en torno al aborto", agregó.
Es en ese momento que Thompson vuelve a tener dudas sobre el sentido de la vida y la dignidad de los seres humanos.
"Comencé a realizar esas preguntas que consideraba de niña, que es, ¿cuál es el significado de la vida y cuál es mi papel como médico y como ser humano para defender esa dignidad que todos tenemos?", indicó.