Los obispos de Estados Unidos abordaron las preocupaciones sobre la producción de vacunas contra el COVID-19 con células de bebés abortados y señalaron que la gravedad de la pandemia actual puede justificar el uso de vacunas "comprometidas moralmente".
Este 14 de diciembre, el Obispo de Fort Wayne-South Bend y Presidente del Comité de Doctrina de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Kevin C. Rhoades, y el Arzobispo de Kansas City y Presidente del Comité de Actividades Provida de la USCCB, Mons. Joseph F. Naumann, emitieron un comunicado sobre las nuevas vacunas contra el COVID-19.
Los Prelados respondieron a las preocupaciones morales con respecto a las vacunas contra el coronavirus desarrolladas a partir de líneas celulares que se originan en las células de un feto abortado.
En su declaración, indicaron que "dada la gravedad de la pandemia actual y la falta de disponibilidad de vacunas alternativas", es posible el uso de las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna "a pesar de su conexión remota con líneas celulares moralmente comprometidas".
"Recibir una de las vacunas contra el COVID-19 debe entenderse como un acto de caridad hacia los demás miembros de nuestra comunidad", señalaron.
Los obispos resaltaron que "vacunarse de forma segura contra el COVID-19 debe considerarse un acto de amor al prójimo y parte de nuestra responsabilidad moral por el bien común".