VATICANO,
El Papa Francisco señaló, durante el rezo del Ángelus este domingo 13 de diciembre en el Vaticano, que la alegría es una característica inherente al cristianismo. La felicidad, explicó, muestra la cercanía del cristiano con Dios: "Cuanto más cerca de nosotros está el Señor, mayor es la alegría".
Sin embargo, también señaló que ser feliz no es fácil: "El camino de la alegría no es fácil, no es un paseo. Hace falta trabajar para ser feliz". Y puso como ejemplo de ello a Juan el Bautista, quien "recorrió un largo camino para llegar a testimoniar a Jesús". "Dejó todo, desde joven, para poner a Dios en primer lugar, para escuchar con todo su corazón y con todas sus fuerzas la Palabra".
El Santo Padre subrayó que "la invitación a la alegría es característica del tiempo de Adviento: la espera del nacimiento de Jesús, la espera que vivimos es alegre, un poco como cuando esperamos la visita de una persona a la que queremos mucho, por ejemplo, un buen amigo al que no vemos desde hace tiempo, un pariente".
"Estamos en alegre espera. Y esta dimensión de la alegría emerge especialmente hoy, el tercer domingo, que se abre con la exhortación de San Pablo: 'Alegraos siempre en el Señor'. Alegraos. La alegría cristiana".
El Papa indició que el motivo de la alegría cristiana es la cercanía del Señor: "Cuanto más cerca de nosotros está el Señor, más estamos en la alegría; cuanto más lejos está, más estamos en la tristeza. Esta es una regla para los cristianos".
El Pontífice hizo hincapié en que "la primera característica de la alegría cristiana es descentrarse de uno mismo y poner en el centro a Jesús", y puso de ejemplo nuevamente al Bautista.