La Conferencia Episcopal Francesa (CEF) publicó el 9 de diciembre de 2020 el informe económico de final de año, que revela que debido a la pandemia del coronavirus la Iglesia en el país ha perdido entre el 30% y el 40% de sus ingresos.
El encargado de asuntos económicos de la CEF, Ambroise Laurent, dijo que la situación presentada en el informe es alarmante.
El documento, disponible en la página web de la Iglesia Católica en Francia, señala que "la situación sanitaria por la que atraviesa el mundo desde hace varios meses ha tenido repercusiones directas en las finanzas de la Iglesia Católica. Con los dos periodos de confinamiento (marzo-mayo y octubre-hasta la fecha), y por la imposibilidad de los católicos de reunirse para la Misa, se estima una pérdida alrededor de noventa millones de euros que no pudieron ser recolectados localmente en las diócesis".
La única fuente de ingreso de una diócesis en Francia es la generosidad de los fieles. Con lo recolectado se mantienen los bienes inmobiliarios que sirven para la misión de la Iglesia, como casas curales, salones parroquiales y los templos construidos después de 1905. Además, se asegura el sostenimiento de los consagrados y el salario de alrededor ocho mil empleados en total que trabajan en las diócesis o en algún servicio eclesial a nivel nacional.
En el informe, el Episcopado recuerda que la generosidad de los fieles está constituida por 5 clases de dones.
Uno es el diezmo de la Iglesia, que en Francia constituye la principal fuente de ingresos al ser el 39% de los recursos recolectados en un año. Se trata de la contribución voluntaria de cada católico, practicante habitual o no; éste se destina para el funcionamiento de la diócesis, para responder a las cargas inmobiliarias y para el sostenimiento de los sacerdotes y de los empleados de las diócesis.