En una entrevista concedida al diario del Vaticano, L'Osservatore Romano (LOR), el Penitenciario Mayor de la Iglesia Católica, Cardenal Mauro Piacenza, dijo que la confesión por teléfono es probablemente inválida, dado que no se da una de las condiciones necesarias para el sacramento que es la presencial real del penitente.
Al ser preguntado sobre si se puede usar un smartphone o medios de comunicación social para confesarse, la autoridad del Vaticano indicó que "podemos afirmar la probable invalidez de la absolución impartida a través de tales medios".
"Falta de hecho la presencia real del penitente y no se verifica la real transmisión de las palabras de la absolución: se trata solo de vibraciones eléctricas que reproducen la palabra humana", explicó el Cardenal italiano.
Las declaraciones del Cardenal Piacenza reafirman lo establecido en una nota de la Penitenciaría Apostólica publicada el pasado 20 de marzo en la que se indica que "también en la época del COVID-19, el sacramento de la Penitencia/Reconciliación se administra de acuerdo con el derecho canónico universal y según lo dispuesto en el Ordo Paenitentiae".
La nota recuerda que "la confesión individual representa el modo ordinario de celebrar este sacramento, mientras que la absolución colectiva, sin la confesión individual previa, no puede impartirse sino en caso de peligro inminente de muerte, por falta de tiempo para oír las confesiones de los penitentes individuales". La posibilidad de la absolución colectiva la debe regular el obispo de cada diócesis.
La nota se publicó luego que algunos sacerdotes e incluso obispos como el Prelado de Caravelí (Perú), Mons. Reinaldo Nann, autorizaran la confesión por teléfono, medida que luego anuló.