Este último se presenta como esencial para el ecumenismo porque por medio del diálogo teológico se abordan "las discrepancias doctrinales que históricamente causaron divisiones, dejando de lado el lenguaje polémico y los prejuicios del pasado, y tomando como punto de partida la tradición común".
"Estos diálogos elaboraron documentos en los que han tratado de determinar hasta qué punto se profesa una misma fe: han estudiado sus diferencias y han procurado acrecentar lo que los interlocutores poseen en común, identificando las áreas en que una ulterior reflexión es necesaria".
En definitiva, "los resultados de estos diálogos proporcionan el marco para discernir lo que justamente podemos y no podemos hacer juntos, sobre la base de la fe común".
La cuarta modalidad propuesta es la del "diálogo de la vida" que implica "una expresión concreta mediante una acción conjunta en el ámbito pastoral, en el servicio al mundo y a través de la cultura".
En el ámbito pastoral, se llama a aprovechar las necesidades en algunos lugares del mundo, debido al contexto de las comunidades locales de un "ministerio compartido y recursos compartidos".
Por ejemplo, "en muchas partes del mundo, y de varias maneras, los ministros cristianos de diferentes tradiciones trabajan juntos en la atención pastoral en los hospitales, las cárceles, las fuerzas armadas, las universidades y otras capellanías".
Se invita también a "colaborar con los otros cristianos en el campo de la catequesis", para lo cual, el Catecismo de la Iglesia Católica "se ha demostrado una herramienta muy útil".
Se señala que "los matrimonios mixtos (entre católicos y otros cristianos) no deben considerarse como problemas, ya que a menudo son un lugar privilegiado donde se construye la unidad de los cristianos".
En esos casos, en el Vademécum se insiste en la necesidad de dar a estas familias una particular atención pastoral: "Las reuniones entre los pastores cristianos, destinadas a apoyar y mantener estos matrimonios, pueden ser una excelente ocasión para la colaboración ecuménica".
Sobre la posibilidad de "compartir la vida sacramental", se recuerda que "la participación a los sacramentos de la eucaristía, la reconciliación y la unción se limita a quienes están en plena comunión".
En el ámbito del ecumenismo práctico, se invita a cooperar entre cristianos, "uniendo sus esfuerzos comunes" para "defender la dignidad humana y para aliviar los sufrimientos del hambre, los desastres naturales, el analfabetismo, la pobreza, la escasez de viviendas y la distribución desigual de la riqueza".
Por último, sobre el ecumenismo cultural, se lamenta que "muy a menudo, los desacuerdos teológicos nacieron de dificultades de comprensión mutua derivadas de las diferencias culturales".
Por ello, se subraya la importancia de "los esfuerzos de los cristianos para comprender mejor sus respectivas culturas, conscientes de que, más allá de las diferencias culturales, comparten en diversos grados una misma fe expresada de diferentes maneras".
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