VATICANO,
El Papa Francisco advirtió que "la raíz de la mansedumbre cristiana es la capacidad de sentirse bendecidos y de bendecir" por lo que animó a "nunca maldecir, sino a bendecir".
Así lo indicó el Santo Padre en la Audiencia General de este miércoles 2 de diciembre realizada en la biblioteca del palacio apostólico sin la asistencia de fieles.
Al continuar con su serie de catequesis sobre la oración, el Papa Francisco reflexionó en la bendición que "es una dimensión esencial de la oración".
"Nosotros podemos tan solo bendecir a este Dios que nos bendice. Debemos bendecir a toda la gente, bendecir a Dios, bendecir a los hermanos, bendecir el mundo. Esta es la raíz de la mansedumbre cristiana: la capacidad de sentirse bendecidos y de bendecir", afirmó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre añadió que "si todos nosotros hiciéramos así, seguramente no existirían las guerras: este mundo tiene necesidad de bendición, y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición. El Padre nos ama. Y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias, y de aprender de Él a no maldecir, sino bendecir".
Por ello, el Papa dedicó "una palabra a las personas que están acostumbradas a maldecir, la gente que tiene siempre en la boca, y también en el corazón, una palabra fea, una maldición" e invitó a que cada uno se interrogue: "¿Yo tengo esa costumbre de maldecir?" y, si es así, "pedir al Señor la Gracia de cambiar ese hábito, porque nosotros tenemos un corazón bendecido, y de un corazón bendecido no puede salir la maldición. Que el Señor nos enseñe a nunca maldecir, sino a bendecir".