La segunda ocasión en la que se menciona a San Andrés es en Jerusalén, donde junto con Pedro, Santiago y Juan pidieron a Jesús que les explique por qué no quedaría piedra sobre piedra de los enormes muros que sostenían el templo.
En respuesta, Jesús pronunció un importante discurso sobre la destrucción de Jerusalén y sobre el fin del mundo, en el que pidió a sus discípulos que fueran sabios en la interpretación de los signos de los tiempos y que estuvieran constantemente en guardia.
San Andrés nos enseña que no debemos tener miedo de hacerle preguntas a Jesús, pero que también debemos estar dispuesto a aceptar incluso las enseñanzas sorprendentes y difíciles que Él nos ofrece.
7. Es considerado el Apóstol de los griegos
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Algunas tradiciones muy antiguas consideran a San Andrés como el Apóstol de los griegos en los años posteriores a Pentecostés, hecho que permite conocer que durante el resto de su vida fue predicador e intérprete de Jesús para esas comunidades.
8. Junto con San Pedro simboliza la unidad entre católicos y ortodoxos
Pedro, su hermano, viajó desde Jerusalén a través de Antioquía y llegó a Roma para ejercer su misión universal; Andrés, en cambio, fue el apóstol del mundo griego. Por ello, tanto en la vida como en la muerte aparecen como verdaderos hermanos, una fraternidad que se expresa simbólicamente en la especial relación recíproca entre la Sede de Roma y la de Constantinopla, que son verdaderamente Iglesias hermanas.
Un ejemplo es la visita del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, al Papa Francisco con motivo de su elección al pontificado.
Como sucesor de San Pedro, el Santo Padre destacó el papel del Patriarca Bartolomé como sucesor de San Andrés y se refirió a él como "mi hermano Andrés", en referencia a los Apóstoles hermanos.
9. Murió en una cruz diagonal