VATICANO,
El Papa Francisco invitó a los jóvenes a "realizar los sueños de Dios en este mundo" a través de las obras de misericordia porque "no estamos hechos para soñar con las vacaciones o el fin de semana".
Así lo indicó el Santo Padre al celebrar una Misa este 22 de noviembre en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro del Vaticano con ocasión de la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, último domingo del año litúrgico, y con la participación de pequeñas delegaciones de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019 y de la JMJ Lisboa 2023.
"Queridos jóvenes, queridos hermanos y hermanas: No renunciemos a los sueños grandes. No nos contentemos con lo que es debido. El Señor no quiere que recortemos los horizontes, no nos quiere aparcados al margen de la vida, sino en movimiento hacia metas altas, con alegría y audacia. No estamos hechos para soñar con las vacaciones o el fin de semana, sino para realizar los sueños de Dios en este mundo. Él nos ha hecho capaces de soñar para abrazar la belleza de la vida. Y las obras de misericordia son las obras más bellas de la vida, las obras de misericordia van al centro de nuestros grandes sueños", exhortó el Papa.
En esta línea, el Santo Padre afirmó que "si tienes sueños de gloria verdadera, no de la gloria del mundo que va y viene, sino de la gloria de Dios, este es el camino. Lee el pasaje del Evangelio de hoy, reflexiona. Porque las obras de misericordia dan gloria a Dios más que cualquier otra cosa. Escuchen bien esto: las obras de misericordia dan gloria a Dios más que cualquier otra cosa. Al final, seremos juzgados sobre las obras de misericordia".
En su homilía, el Papa reflexionó en el pasaje del Evangelio de San Mateo (Mt 25, 37-40) en el que "Jesús, antes de entregarnos su amor en la cruz, nos deja su última voluntad. Nos dice que el bien que hagamos a uno de sus hermanos más pequeños -hambrientos, sedientos, extranjeros, pobres, enfermos, encarcelados- se lo haremos a Él" y añadió que "así nos entrega el Señor la lista de los dones que desea para las bodas eternas con nosotros en el Cielo. Son las obras de misericordia, que transforman nuestra vida en eternidad".
"Cada uno de nosotros puede preguntarse: ¿Las pongo en práctica? ¿Hago algo por quien lo necesita? ¿O hago el bien sólo a los seres queridos y a los amigos? ¿Ayudo al que no me puede devolver? ¿Soy amigo de un pobre? 'Yo estoy ahí', te dice Jesús, 'te espero ahí, donde no imaginas y donde quizás ni siquiera quieres mirar, ahí en los pobres'. Yo estoy ahí, donde el pensamiento dominante -según el cual la vida va bien si me va bien a mí- no muestra interés. Yo estoy ahí, dice Jesús también a ti, joven que buscas realizar los sueños de la vida", advirtió.