Cada 20 de noviembre la Iglesia conmemora a la Beata Anna Kolesárová, joven laica nacida en Vysoká nad Uhom, Michalovce, Checoslovaquia (hoy Eslovaquia), en 1928. Anna es patrona de la juventud, de las víctimas de las agresiones sexuales y de los abusos de todo tipo. Ha sido nombrada “Mártir de la Castidad”.
La más bella flor
Anna creció en el seno de una familia católica en la que le inculcaron la piedad y el cuidado del espíritu, especialmente a través de la comunión frecuente. Su vida fue muy breve -fue asesinada a los 16 años-, pero, al mismo tiempo, llena de intensidad espiritual, pureza y mansedumbre. Así lo evidencian los numerosos testimonios recogidos para llevar adelante la causa de su beatificación.
Anna fue la menor de los hijos de la familia. Sus hermanos mayores fueron María, su media hermana, y Michal, su hermano. Los Kolesárová llevaban una vida sencilla y modesta, dedicada a las labores del campo.
Los horrores de la guerra
Lamentablemente, a los 10 años, Anna perdió a su madre y con eso recayeron sobre ella las responsabilidades del cuidado de la casa. Anna, sin embargo, reservaría siempre su mejor tiempo para Dios: la pequeña niña adoptó la bella costumbre de ir todos los días a misa con sus amigos después de haber terminado los quehaceres del hogar.