El pasado 9 de noviembre se firmó un acuerdo entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia para poner fin al conflicto militar sobre la disputada región Nagorno Karabaj. Sin embargo, muchos armenios se sienten defraudados sobre las condiciones del armisticio por el cual Azerbaiyán conservaría los territorios ganados en la guerra y las tropas rusas se instalarían en Nagorno Karabaj por un plazo de cinco años, para mantener la paz.
La fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) entrevistó al P. Bernardo de Nardo, un sacerdote católico de origen argentino y de rito latino, que realiza su labor apostólica en Armenia desde hace tres años, para entender las razones del conflicto.
Según precisó el P. de Nardo "la gente está muy desconforme con el armisticio, lo consideran una traición a los miles de muertos y un abandono completo a los armenios que viven en Karabaj".
"Las consecuencias para el país son, en este momento, una crisis política muy grave ya que los partidos de la oposición exigen la renuncia del primer ministro. Posiblemente, en las próximas semanas, haya más protestas y manifestaciones en las calles. Esto genera un clima de inestabilidad y de mayor crisis", aseguró el sacerdote.
Además precisó que entre las consecuencias previsibles para los armenios que queden en los territorios ganados por Azerbayán está que "vivirán en un clima permanente de miedo ante la amenaza de un genocidio, por lo tanto, la mayoría de esas personas dejará sus casas y vendrá a Armenia".
"El patrimonio cultural y religioso está en peligro, las iglesias podrían ser destruidas o convertidas en mezquitas. Azerbaiyán ya ha sido denunciado por Armenia por destruir un cementerio cristiano en Najicheván, probado con videos que muestran cómo demuelen y destruyen todas las tumbas con sus cruces de piedra. Es muy posible que lo mismo ocurra en Karabaj", apuntó.