La Arquidiócesis de Seúl (Corea del Sur), implementó en sus confesionarios una innovadora tecnología que evita la transmisión del COVID-19 entre el sacerdote y el penitente.
Debido a la pandemia, los confesionarios tuvieron que cerrar en febrero de 2020, pues el coronavirus se transmite con facilidad por medio de aerosoles en espacios cerrados.
Frente a ello, la Arquidiócesis de Seúl tuvo que reorganizar sus procedimientos operativos y las estructuras relativas a las confesiones siguiendo la normativa de salud pública y respetando los protocolos higiénico-sanitarios, señaló la oficina de comunicaciones de la Arquidiócesis de Seúl a la agencia vaticana Fides.
Dentro de las medidas, se implementó un sistema de ventilación especial en los confesionarios de la Catedral de Myeongdong, ubicada en el centro de la ciudad, para evitar la transmisión del COVID-19 por las vías respiratorias.
Además de esta innovadora tecnología, en cada confesionario instalaron una protección de plexiglás como barrera física entre el confesor y penitente para evitar la exposición a las microgotas respiratorias, que es una de las formas por las que se transmite el virus.